El poema, aquí, es canción que acuna este y el otro infinito: al borde de sí mismo, en el borde del abismo consabido, ?cualquiera sea la imagen/ que fragua el lenguaje/ conmoverá poco la indiferencia/ que nos ha de arropar/ en este estuche,/ maleta de doble fondo/ para nuestro viaje, ajuar y/ cuna definitiva/ en esta mortandad/ de nacimientos.? El poema es el eco dulce de esa indiferencia. Acunados por esa tonada que se alza y retarda quisiéramos cobijarnos en ella.
Cuaderno alemán
María Negroni
Alquimia