Condensada y explosiva, turbiamente poética, la prosa de Tentoni alcanza una intimidad tal con los objetos del mundo –un par de zapatos viejos, delgadísimas hebras de lana, una babosa, unos puntitos de polvo– que sus lectores se sentirán ir en una marea espesa hecha de cosas muertas, levitar sobre una mesa ratona, o avanzar hacia el acantilado miserable de un comedor. Una experiencia en la que la cercanía se vuelve brutal.
Furia diamante
Valeria Tentoni
Leteo